Nombre: Daniel Fernández González.
Autor de: Los Dorem y las runas mágicas.
Primer juego al que jugué en la infancia: Monopoli.
Juego favorito actual: Concordia.
Mecánica favorita: Colocación de trabajadores.
Juego al que siempre gano: Azul.
Juego al que siempre pierdo: Stone Age.
Para mí los juegos son: Parte de mi vida; no podemos pasar más de tres días seguidos sin jugar.
¿De donde surgió la idea de crear Los Dorem?
Después de dos días viniéndome a la cabeza la idea de crear un juego mientras dormía, y aprovechando que mi mujer no estaba en casa, me senté con un par de hojas y me puse a escribir.
Las ideas me iban llegando y yo las iba anotando. Al final de la tarde ya tenía un juego hecho, pero… ¿era lo que buscaba? Una de las ideas que me rondaban aún no estaba implantada. Entonces lo dejé, y al día siguiente volví a ponerme con el. La cosa varió tanto que ya no tenía un juego, sino dos: Los Dorem acababan de nacer.
Para este juego has contado con la ilustradora Estany Loriente ¿Cómo ha sido trabajar con ella?
Pues muy fácil: ella interpretó a la perfección lo que yo buscaba: “Quiero que me hagas unas ilustraciones para este juego. Tienen que tener aspecto retro, y recordarnos los dibujos que veíamos cuándo éramos pequeños (esto no sé si omitirlo: años 80 y 90. Jeje…).¿Recuerdas los Osos Gummi? Pues algo así”. Y yo creo que lo logró.
Entre otras cosas maravillosas, también logró plasmar a la perfección los textos de los hechizos en imágenes, ya que necesitábamos quitar los textos del proto y convertirlos en algo que pudiera interpretarse con solo verlo. Otro éxito.
La verdad es que es una gran profesional con una gran imaginación y creatividad, y convierte en sencillo cualquier cosa que a priori te pueda abrumar.
Otra cosa que hay que destacar de ella es que no hay nada que la detenga ni ningún reto que no pueda superar: siempre consigue su propósito. Por ejemplo, se puso con el vídeo sin tener experiencia en el tema, y en dos días creó el fantástico video que usamos en la campaña de Verkami. Con sus efectos de sonido y todo, por cierto, hechos con la boca o con materiales que tenía a mano. Si no me lo dice, no lo habría imaginado jamás, jeje.
Por eso y por mil cosas más, nunca podré agradecerle lo que ha hecho por mí y por este proyecto.
A pesar de tener una apariencia infantil, el juego es mucho más profundo y estratégico de lo que parece. ¿Crees que eso puede confundir o dar una idea equivocada?
Quizá alguna gente lo piense. Cuando decidí elegir ese tipo de arte no pensaba en si tenía que ser comercial o no; en si tenía que ir enfocado a un tipo de público o a otro. Solo pensaba en que quería que me trasladara a mi infancia y me hiciera feliz cada vez que lo jugara. Igual el niño que llevo dentro tuvo algo que ver.
Ahora que lo veo con otros ojos y me pongo en el lugar de otras personas, puede ser que tengan razón los que dicen que este tipo de arte no se identifica al 100% con el contenido y la mecánica del juego, ya que, como comentáis, tiene más estrategia y te hace darle a la cabeza más de lo que parece. Bueno, también puedes jugar cartas sin pensar y pasártelo igual de bien: por eso a los niños les encanta; no tienen maldad. Jeje.
Cuando creé Los Dorem, lo hice pensando en jugones experimentados, pero no quería dejar fuera a los que no lo son tanto. Al final creo que lo logré, aunque no sé si por empeño o por suerte. Esto lo vi tras muchas partidas y demostraciones, en las que todo el mundo lo disfrutaba: mayores, pequeños, jugones, novatos… Daba igual la edad y de si lo jugaban por rango de edades similares o mezclados: a todos se le quedaba una sonrisa en la cara después de acabar. Será por que cada uno tiene su propósito: conseguir cargar el mayor número de cristales en su tabla y evitar —dentro de lo posible— que los demás te puedan fastidiar. No tiene limitaciones de edad: todos lo pueden jugar.
Igual a nivel comercial debí estudiar el mercado y elegir otra temática. Puede, pero a lo mejor muchos de los niños que ahora lo disfrutan no lo hubieran elegido nunca, y quién soy yo para evitar eso. Si surgió así, sería por algo.
Y a los que no les llame tanto la atención el arte, esperemos que le den una oportunidad y lo prueben, porque creo que merece la pena. Les sorprenderá: es un juego muy completo y original.
Todo un éxito en la plataforma Verkami, consiguiendo más del triple del objetivo. ¿Cómo fue la experiencia de hacer una campaña de mecenazgo en Verkami? ¿Cómo la vivisteis?
La verdad es que fue una experiencia maravillosa y enriquecedora en la que aprendí mucho, ya que unos meses antes no tenía ni idea de cómo funcionaba este mundillo, ni por supuesto Verkami.
Todo comenzó gracias al DAU de Barcelona y a la Asociación Ludo: otra a la que tengo mucho que agradecer, ya que gracias a ella pudimos mostrar nuestro proto allí y sentir el apoyo y el cariño de la gente que lo probó. Ese día fue cuando de verdad decidimos dar el paso de autoeditar el juego a través de una campaña de mecenazgo en Verkami, ya que la respuesta del público no pudo ser mejor.
Durante la feria la gente ya hablaba del juego, y se escuchaban cosillas sobre el. Una frase que me sorprendió mucho fue: “¿Probasteis el juego ese que está arriba, ese de Los Dorem? Está genial: lo van a petar”.
No sabia dónde meterme para poder saltar y bailar, jeje… Yo sólo había ido allí para ver lo que pasaba e intentar que por lo menos alguien lo probara. Por fortuna, la realidad supero todas nuestras expectativas y la gente hacía cola para probarlo: no pasaba ni un minuto sin que la mesa se volviera a ocupar.
Ahí conocimos a mucha gente que luego nos apoyo en la campaña. Gracias a esa gente y a otra que conocimos a través de las redes y de ferias (como Interocio o Meeplefactory) todo fue más fácil. Difundían nuestras publicaciones, le hablaban del juego a otras personas, hacían muchas reseñas… Fue una pasada sentir el amor de esas personas sin pedir nada a cambio: sólo la ilusión de que se financiara el juego para poder tener pronto una copia en su casa. Gracias a esa energía y a esas ganas pudimos financiar el proyecto en menos de 12 horas y llegar al 342% de lo que necesitábamos. Fue una pasada ver cómo subían y subían las aportaciones hasta conseguir el objetivo, y darme cuenta de que el proyecto se iba a hacer realidad: una experiencia maravillosa. Por todo eso, no puedo recordar la campaña sin sentir ese amor y gratitud hacia los mecenas y toda esa gente que tanto nos ayudó.
Desde Verkami también se portaron muy bien, y me iban solucionando esas dudillas que iban surgiendo a lo largo del proceso. Por eso también les doy las gracias.
Autoeditar un juego no es fácil. ¿Qué es lo que más te ha costado del proceso?
Pues, como dije antes, fue no saber por dónde empezar: estaba más perdido que un pulpo en un garaje:
“¿Primero hablo con Verkami o con una imprenta? ¿Pero qué imprenta? ¿Cuál será el número mínimo de copias que hacen? ¿Me harán solo un prototipo? ¿Tengo que hacer tantas copias? ¿Dónde puedo conseguir los cristales? Ahh… y los envíos. ¡Qué complicado: me va a reventar la cabeza! Bueno, voy a calcular… Si lo hacemos en marzo… Tantos meses para fabricar… Que lleguen los cristales… Una vez listos tenemos los envíos… aduanas… bablablá… Pues nada, ¡vamos allá!”
“¡Oh-oh! Para la campaña hacen faltan mas ilustraciones, vídeos de presentación, maquetación… Ufff… ¡Estanyyy: ayudaaa!”
“¡Voy, Dani, voy! ¿Un vídeo? Pues no lo he hecho nunca: dame unos días porque tengo que ver cómo se hace”. (Dos días después) “Toma, aquí tienes el vídeo. ¡Yo creo que está bien!”.
“Me encantaaa… Pero me falla la música: voy a contratar a alguien para que le haga una canción. Ramon Margarett, ¿me podías crear una banda sonora para este juego? Se llama Los Dorem y saldrá en unas semanas en Verkami, pero tienes que adaptarla al vídeo, ¿podrás tenerla tan pronto? Vale perfecto, gracias”.
Y así, una tras otra surgían dudas y complicaciones. Fueron unos meses intensos, pero todo ha salido bien.
¿He respondido a la pregunta?
No habrás estado solo a lo largo de todo este proceso. ¿Quién o quienes han formado parte de la creación del juego y te han ayudado en su proceso?
No: mucha gente ha estado ahí. Gente de redes sociales y ferias, y otras personas que hemos conocido durante el camino. Pero sobre todo tuve el apoyo de Lucía: mi otra mitad. Con ella probé la primera versión del proto y, aunque ha sufrido algún cambio, la esencia del juego era la misma. La segunda persona en probarlo fue mi amigo Kike: un jugón de culo duro que me dijo:
“¡Venga, muéstrame ese proto que tienes por ahí!”.
“¿Y te gustará? Mira que no tiene una dificultad de 4.5 sobre 5 como los te gustan a ti…”.
Y entonces lo probamos, y le encantó. Se puede decir que, desde ese día, él fue el que confió más en el juego, y me repetía una y otra vez:
“Este juego tiene que ver la luz: no puede quedarse aquí”.
Después llegaron Estany, Pedro, Anastasio, María, Nuria, Juan Carlos, Patry, Dani, Espe y cientos de personas más que también me apoyaron, y a las que tengo muy presentes.
Y, por supuesto, vuelvo a mencionar y agradecer el magnifico trabajo de Estany Loriente, por tantas cosas que ha hecho por mí: pero sobre todo por darle forma a estos increíbles Dorem.
Explícanos brevemente de que trata Los Dorem y las runas mágicas.
Los Dorem y las runas mágicas es un juego de cartas de 2 a 4 jugadores, a partir de 8 años de edad y de 20-40 minutos de duración. Se juega a lo largo de 3 rondas, y en él nos convertimos en aprendices de hechicero. Está dirigido a jugadores expertos, familiares y ocasionales, con una mecánica de combinación de cartas, colocación de cristales y un toque de Draft.
Intenta que los hechiceros Dorem carguen tus cristales de luz, lanza hechizos y al final de cada ronda recoge los cargados y llévalos a tus tablas de runas. Según la colocación de esos cristales en tus tablas, formarás combos que te proporcionarán más o menos Pv al final de la partida. Añadir cristales a tu cuerda de banderines también te aportará Pv, además de habilidades extra.
¿Por qué deberían jugarlo los jugones, y por qué no deben perdérselo?
Porque tiene estrategia, una mecánica novedosa que funciona muy bien y bastante interacción basada en el “puteíllo”; lo justo y necesario para no romper amistades o familias, pero puteíllo… ¿Se puede decir puteíllo, verdad?
No se lo pueden perder, porque se trata de un juego muy adictivo que siempre te deja con ganas de más. Aunque tiene cierto azar —ya que nunca sabes las cartas o hechizos que te pueden tocar—, también tienes la posibilidad de crear tu propia estrategia comprando nuevos hechizos, pasando determinadas cartas al siguiente jugador u obteniendo habilidades en la zona de banderines.
Gracias a todos por dedicar vuestro tiempo a leer estas líneas. Estaré siempre muy agradecido por la oportunidad que me habéis brindado para dar a conocer mi experiencia como autor. Esperemos que Los Dorem y Las Runas Mágicas sigan sacando sonrisas y alegrías a todas las personas que lo juegan durante mucho, mucho tiempo.
Gracias, gracias, gracias.